miércoles, 24 de noviembre de 2010

DESASTRE DE TODOS. NACIONES "DESUNIDAS"

Al iniciar esta entrada no he sabido que título poner. Reflexiono sobre la vida y la muerte.
Forma parte de mi día día, a Dios gracias apuesto siempre por la vida y es mi objetivo, el cual logro gracias a Dios primero y luego a la ciencia.
He tenido la triste  vivencia de tener que ver Morir y con mayúscula , porque es ella - la Parca - quien espera  al final del camino, la meta que todos evitamos, el desgarro final, el último adiós- a dos de mis seres más amados, más queridos , más entrañables ; parte de todo lo que soy, en cada una de mis células, en cada uno de mis pensamientos, están y estarán ellos por siempre.
Morir, la muerte nunca debe ser la opción.
En Haití cada día están muriendo cientos de seres humanos por causa de una infección bacteriana , a la vista de todo el mundo, ya nos hicimos indolentes frente a ese dolor. Mueren deshidratados. Ese efecto final que es la muerte es consecuencia de no observar   medidas básicas para mantener el equilibrio de la salud y a la que todo país DEBERÍA tener derecho. Agua Potable, Alimentación , Techo, Educación y Salud.
Los números estadísticos de los casos fatales debido a esta enfermedad en esa desdichada región no son reales.De seguro que son más mucho más por la falta de organización y  el no seguimientos de las ciudades remotas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertaron el martes que, dada la rapidez con que se está propagando la epidemia, el cólera afectará, en el peor de los casos, a 400.000 haitianos.
Se calcula que 1,3 millones de personas malviven en campamentos improvisados desde el terremoto de enero, que dejó 300.000 muertos y otros tantos heridos.  
A cuatro días de las cruciales elecciones presidenciales y legislativas de Haití, la campaña continuaba el miércoles sin contemplar los llamados a aplazamiento por la epidemia de cólera y los problemas de inseguridad que afectan a la nación caribeña.

Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo. S. Freud.

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