Madrugada lluviosa y fresca, amiga de los pensamientos, del callado llanto, que nadie oye, que se conforma con que ruede una lágrima de sal y melancolía.
La madrugada es cómplice. Cómplice de los deseos y sentimientos. De palabras que se dice al oído mientras Él duerme, ajeno a todo, hasta de mí.
Madrugada azul oscura, con olor a mar y tierra húmeda, donde la hembra se vuelve etérea y vuela hasta sus sueños y rebusca en ellos, pero le puede su boca y le besa ..aún dormido.
Madrugada tranquila y callada, como lo son las buenas compañías.
Acaricias la mente y la piel envolviendo en tu sinrazón, en el juego eterno, esto de vivir.
Madrugada iluminada por la luna, una sola luna para todo el mundo, sirve como espejo y muéstrale el sentir.
Madrugada, dueña de los versos e ilusiones. Dueña del cuerpo y las pasiones.
Dueña del tiempo.
Madrugada, anda dile como Le pienso…
sonata
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